Eeeh putas!! Bienvenidos a la duodécima edición de mi consultorio, que pensé realizar mientras estábais en Gandía embebiéndoos pero que no me fue posible por la falta de preguntas. Debo decir que se ha notado una fuerte caída en el número de preguntas recibidas, quizá por que esta vez Justo no me ha mandado su pack standard de cuatro preguntas. Aún así, ya he recibido las necesarias para, dos meses después, deleitaros con esa alegría y jovialidad que tanto me caracteriza.
Pues eso mariconazos, que ahí va la cosa:
Manuel: "¿Si un policía detiene a un sordo, le tiene que leer los derechos? Y si ese mismo guardia detiene a un mudo, ¿le tiene que recordar su derecho a permanecer en silencio?"
Inteligente pregunta Manuel, digna de una mente tan privilegiada como la tuya. Son dos casos curiosos los que me planteas. Si un sordo es detenido, es obvio que no puede escuchar sus derechos, con lo cual los agentes que han llevado a cabo la detención quedan totalmente bloqueados y paralizados, ante un ser que no se inmuta al ser detenido. Es por esto que la reacción normal de la policía en este caso es pedir refuerzos. A los diez coches patrulla que aparecen instantáneamente se unen dos unidades de antidisturbios y una tanqueta de agua, que reduce al sordo hasta inmovilizarlo en el suelo, momento que aprovechan los antidisturbios para cargar contra el afectado y golpearle hasta la muerte. Poco después, los policías patrulleros se encargarán de cubrir el cuerpo inerte con papel de aluminio, como en las películas, alegando que el detenido se ha resistido a la autoridad y que en ese momento, repentinamente, un rayo divino le ha fulminado y le han reventado los globos oculares. Requiescat Im Pace.
El caso del mudo es diferente: la policía es una institución totalmente caritativa que mira, antes de nada, por los derechos humanos. Si un guardia detiene a un mudo y le debe leer que puede acogerse a permanecer en silencio, antes debe comprobar que el mudo es capaz de emitir cualquier tipo de sonido audible. De este modo, el agente se vuelca en la comprobación, es decir, comienza a pincharle con alfileres en las córneas o manda a su perro que le muerda los testículos. Ante semejante dolor, el mudo suele proferir un angustioso sonido propio de una persona de ínfimas capacidades cognoscitivas. Después de esto, y no sin que antes se descojone por el gracioso sonido, el policía en su benevolencia le dice "puede permanecer en silencio".
Manuel: "¿Por qué existen las patatas sabor jamón y, por supuesto, no saben a jamón?"
Amigo Manuel, debes darte cuenta de que esas patatas sólamente existen en nuestro país, tierra donde el jamón serrano es seña de identidad. Las empresas patateras como Matutano, en su infinita sabiduría, utilizan este producto típico español para ganar beneficios como souvenir para los extranjeros. Todos hemos probado alguna vez esas patatas y sabemos que, más que a jamón, sabe a una extraña mezcla de uranio y grasa de joroba de búfalo, pero también sabemos que los guiris que asolan nuestras tierras no son precisamente inteligentes y, al ver en un kiosko típico español con un Cervan como el de "Cuéntame", también típico español, una bolsa donde pone "sabor jamón", lo primero que piensan es "ouh! pachachas sapour hamóun!!" y comprará todas las unidades en stock, con la consiguiente ganancia para la empresa en cuestión.
Paco: "¿Cómo van a trabajar los señores que conducen los metros? ¿Acaso viven en la cabina del metro?"
Hasta hace poco los metro contaban con adorables conductores en sus cabinas, fracasados que vivían en los barrios periféricos comiendo comida precocinada, con moscas alrededor de su cuerpo por que en su casa no hay agua corriente y que no han visto a una mujer desde que hace veinte años el alcalde decidiera llevarlos de putas por haberse graduado. Pero ahora, debido a los continuos problemas como el de la peli de "Pelham 123" o los diversos atentados, nadie quiere pertenecer a tan noble gremio, dejándole el trabajo a sucias máquinas, privando a la cabina del metro de un amigo fiel para cualquier pasajero. Ante las quejas del sindicato de atracadores de conductores de metro, el Gobierno ha llegado a un acuerdo equitativo: no se puede privar a una cabina de metro de vida inteligente, pero tampoco puede arriesgarse a colocar a un cualificado conductor de metro profesional en un puesto tan peligroso como el de conductor de metro. La solución fue la siguiente:
Paco: "¿Los negros también tienen los órganos de distinto color?"
Creo que es bastante obvio que los negros carecen totalmente de órganos. El ADN que acumularon durante su evolución se centró en desarrollar un pene de sobrenaturales dimensiones, en detrimento de la aparición de vejiga, riñones, hígado, pulmones o corazón. Por eso los negros no pueden mear, pueden beber hasta la muerte y pueden fumar unos veinte habanos al día. Evidentemente, el proceso es reversible. Cuando el difunto Michael Jackson decidió cambiar el color de su piel, automáticamente comenzaron a aparecer órganos dentro de su cuerpo, mientras el tamaño de su entonces monstruoso pene descendía a niveles más normales.
Castaño: "¿Por qué a los Franciscos se les llama Pacos y a los Josés Pepes?"
Sabia pregunta, que te voy a contestar coño. Lo de llamar "Paco" a los de nombre Francisco viene de la época del gran literato Don Francisco de Quevedo, estrella del siglo de oro de las artes de España, pero también sufridor de una crónica cojera. Quevedo era nacionalmente conocido y, allí donde iba, todo el mundo se le quedaba mirando y, viendo los espantosos espasmos que hacía su cuerpo al caminar, la gente exclamaba "¡¡Pa' cojo Don Francisco!!", frase de la cual la cultura española ha tomado las dos primeras sílabas para referirse a cualquier Francisco.
Lo de "Pepe" es otra historia. Nada de chorradas de "padre putativo", como dice la leyenda. Se remonta a los tiempos de José de Almanzor, personaje que me acabo de inventar. Lo que le ocurría a este personaje (que vivió en la isla de Krakatoa justo antes de que volara por los aires) fue que, precisamente en el momento en el que el volván entraba en erupción, se encontró a su esposa encamada con su mejor amigo. Su exclamación fue oida por todo el mundo por su desmedido enfado. Lo único que alcanzó a decir fue "¡Pe...pero coño!", expresión gracias a la cual hoy llamamos "Pepe" a los Josés o "peperos" a los del PP.
Castaño: "Y si a Newton cuando estaba en su jardín pululando y apoyado en un árbol en vez de caerle una manzana le hubiera caído una excavadora de 4589 kilos, ¿estaríamos flotando todos por el espacio?, ¿Podríamos seguir comiendo manzanas?"
Querido Castaño, en el caso de que a Sir Newton (hostias, me he dado cuenta de que no recuerdo su nombre de pila) le hubiera caído una máquina excavadora de 4589 kilogramos netos en la cabeza, lo que hubiera hecho seria formular una teoría de la gravedad donde ésta sería mucho más fuertes, de tal forma que no podríamos siquiera tenernos en pie, dado que como mucho podríamos movernos reptando, rozando todo nuestro cuerpo con el suelo. Evidentemente, la Luna caería sobre la Tierra debido a la fortísima gravedad, provocando un exterminio masivo de la especie humana. La conclusión es que, si en lugar de una manzana le hubiera caído una excavadora de 4589 kilogramos en la cabeza, hubiera supuesto el fin de la especie humana y un cataclismo a escala universal.
Respecto a lo de las manzanas, no se si podríamos comerlas, pero seguro que excavadoras sí, dado que cayeron de un árbol excavadorero.
(¡Ah coño, Isaac!)
Bueno, pues hasta aquí la XII Edición, esperando que os haya gustado. Sin más dilación, y deseando vuestra temprana entrada en prisión, me despido.
Si Dios lo sabe, Jara también.