La ciencia nos da la razón

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Con esta noticia que acabo de descubrir en la página de "El mundo" (¿o es que pensábais que leía el país?) queda más que demostrado que, además de ser unos individuos bastante pintorescos, también somos la élite en cuanto a evolución se refiere. Es decir, que no tenemos por que alabar al adolescente empollón con pajarita del pato donald que saca 10 de media en selectividad; ni a la treintañera amargada, con gafas y muy probablemente obesa que ha conseguido licenciarse en dos millones y medio de carreras a golpe de felación bajo la mesa; puesto que nosotros somos más avanzados. De hecho es probable que nuestros hijos nazcan ya con alas y otros dos ojos.
Aquí os dejo la noticia en cuestión:


El hombre se volvió agricultor 'para beber cerveza y embriagarse'


La cerveza y el vino fomentan el sentido de unidad de un pueblo, según Reichholf.

BERLÍN.- El hombre se volvió sedentario y agricultor hace unos 10.000 años, dando pie a la llamada revolución del neolítico, "para beber cerveza y embriagarse" y no con el fin prioritario de mejorar o asegurar su alimentación.
Así lo afirma el biólogo e historiador natural alemán Josef H. Reichholf en su nuevo libro 'Por qué los hombres se volvieron sedentarios', que ha salido a la venta en las librerías de este país y en el que explica las causas de la revolución que dio lugar a la formación de pueblos y religiones.

El catedrático de la Universidad Técnica de Múnich considera totalmente errónea la teoría de que la humanidad empezó a cultivar plantas, abandonó la vida nómada y se estableció de manera permanente en un lugar determinado para alimentarse mejor.
"Esa visión habitual confunde causas y consecuencias. Cuando los cazadores y recolectores abandonaron su forma de vida y alimentación tradicional tuvo que darse alguna ventaja inicial", explica el experto, quien subraya que al principio "el cultivo de plantas no trajo consigo ninguna ventaja sobresaliente para la supervivencia".

Añade que las cosechas iniciales eran demasiado reducidas y el cultivo de la tierra muy laborioso, lo que no podía garantizar la supervivencia de un pueblo sólo con la agricultura, y sostiene que el hombre del neolítico continuó cazando y recolectando para subsistir.
En ese sentido califica igualmente de errónea la teoría de que en las primeras regiones de asentamiento sedentario de la humanidad, en la llamada media luna que va de Egipto a Mesopotamia, había poca caza y mucha vegetación.

"Era totalmente distinto", asegura el experto, quien considera que esas regiones eran ricas en caza por lo que no había necesidad de abandonar esa forma de subsistencia y absurda la teoría de que una región pueda ser fructífera y pobre en animales salvajes a la vez.

Pan de grano, no; cerveza, si

"Por el contrario yo afirmo que la agricultura surgió de una situación de abundancia. La humanidad experimentó con el cultivo de cereales y utilizó el grano como complemento alimenticio. La intención inicial no era hacer pan con el grano, sino fabricar cerveza mediante su fermentación", señaló Reichholf ante la prensa en la presentación de su libro.

El catedrático muniqués asegura que la humanidad siempre ha sentido la necesidad de alcanzar estados de embriaguez con drogas naturales que "transmiten la sensación de trascendencia, del abandono del propio cuerpo".
En ese sentido, subraya la importancia de los chamanes, que eran quienes conocían los efectos y la dosificación de esas drogas, desde el alcohol a los hongos, pasando por las plantas que se pueden fumar, cuyo uso tenía muchas veces fines rituales en ceremonias de carácter religioso.

La cerveza se puede fabricar con grano de cereal salvaje, del que no se pueden hacer grandes cosechas ni alimentar a un pueblo, afirma el biólogo, quien destaca que la cerveza y el vino fomentan el sentido de unidad de un pueblo o una tribu, pero no garantizan su supervivencia.

Igualmente asegura que el pan no empezó a producirse hasta que la humanidad no fue capaz de cosechar cereales en abundancia, lo que no sucedió hasta milenios después de que se empezara a recolectar cereal salvaje para transformarlo en cerveza. "Además, la facultad de fermentar cerveza no fue algo espontáneo. La humanidad conocía ya con anterioridad la fermentación de la fruta", afirma Reichholf, quien subraya que el hombre primitivo ya sabía hacer vino de uva y otros frutos que recolectaba en la naturaleza.


Un abrazo gentuza
Jara

1 comentarios:

F dijo...

Somos timbalettis somos la bomba!!