El consultorio del Dr. Jara (VI Edición)

Estimadas almas errantes:

Os advierto que estoy todavía un poco trompeta por las copazas de ayer y que los ojos me duelen como si mis pupilas se reprodujeran por esporulación cada vez que miro a cualquier cosa. Es por ello que la mayor parte de este consultorio la voy a realizar con los párpados cerrados, razón por la cual os pido disculpas de antemano si encontráis frases sin sentido o en un nuevo idioma que pueda inventarme en cualquier momento.

Aprovecho también para desanimaros completamente y aconsejaros a todos que dejéis de estudiar como hienas que sois: sabéis perfectamente que TODOS vamos a suspender TODOS nuestros exámenes. Me están entrando unas terribles ganas de vomitar en estos instantes.

Bueno, al lío.

Israel: “¿A quién se le ocurrió madrugar por primera vez?”

Bien, sabemos perfectamente que madrugar puede provocar diversos tipos de tumores, así como SIDA, hepatitis C e inversión sexual. Todo viene por una errónea lectura del legendario refrán “A quien madruga, Dios le ayuda”, cuya primera versión fue “A quien madruga, Dios le Atacará Y Ultra Despedazará Alegremente (A.Y.U.D.A.)”. Por tanto, amigos, es históricamente correcto levantarse todos los días a las tres de la tarde para comer, echarse la siesta hasta las seis o las siete, descansar de tanto dormir en el sofá hasta las nueve y salir de fiesta desde las nueve hasta las siete de la mañana. Palabra del Señor.

Israel: “¿Por qué hay arañas en los urinarios del O’Haras?”

Supongo que el jefe, conocedor de mi aracnofobia y en un vano intento por echarme de una vez por todas de ese bar, ha optado por la guerra psicológica, aunque lo único que ha conseguido es que se me encojan los testículos cada vez que voy a mear. Otra opción es que estén ahí para que algún africano procedente de una tribu zulú que se alimente de arañas, al visitar el baño de caballeros, se deleite ante semejante manjar y proceda a lamer la pegatina en cuestión, ahorrando un enorme trabajo al encargado en lo que a tareas de limpieza se refiere.

Israel: “¿Quién inventó la rueda?”

¿Rueda? ¿Qué es eso?


Fco: “Cuando tengamos sesenta años y juguemos al Trivial, ¿sabremos contestar a las preguntas sobre esta época?”

Todo el mundo un fortísimo aplauso para Fco por creer que va a llegar a vivir sesenta años. Tienes nuestro apoyo. En caso de que lleguemos a vivir doce lustros, y si da la casualidad de que todavía existe ese juego, no tendremos las neuronas suficientes para recordar lo que hicimos con 22 tristes años, pero les diremos a nuestros hijos y nietos al morir: “que nos quiten lo bailao, os veo en el infierno basura”.

Fco: ¿A los miopes les entierran con gafas?”

Pues claro que sí. Si no, ¿cómo van a ver la oscuridad del ataúd en el que estén metidos? ¡No sabrían si están muertos o no! Además, en caso de incineración, también se introducen unas gafas de pasta en la urna para que el espíritu del fallecido pueda ver lo bonito que es por dentro el jarrón donde su familia ha decidido que reposen sus cenizas por el resto de la eternidad. Habría que ser un autentico hijo de puta para no ponerle gafas a un miope muerto.

Fco: “¿Qué hicimos ayer?”

Básicamente, beber como cerdos. Es normal que no lo recuerdes, mi ultimo recuerdo de ti es verte tambaleándote en la columna del candela con los ojos cerrados, y lo ultimo que me dijiste fue “mira Jara, yo pido dos, pero joder, tres de ellos son White Label, ¿y yo?”. Ante tal recital te propuse acompañarte a casa, pero me mandaste a tomar por culo, o eso creo por que me zarandeabas y hacías muchos aspavientos con los brazos.

Por si no recuerdas el recorrido, fue: Timbales, Bolero, Luux, Ubalinda, Candela y Potemkim.


Esto es todo por hoy.

Me duele mucho la cabeza.

Si Dios lo sabe, Jara también